Así pueden usar el nivel de batería de tu móvil para invadir tu privacidad

La última gran versión del código HTML, la quinta, accede sin permiso del usuario a sus datos de batería y puede ayudar a que otros lo identifiquen y sigan su rastro de visitas en la web

Un grupo de investigadores ha demostrado que para localizar a sus usuarios basta con conocer el nivel de batería restante de sus dispositivos, lo que podría comprometer la privacidad. Una característica poco conocida de la especificación HTML5, la última gran revisión del lenguaje básico de la Red, permite a las páginas web saber la cantidad de batería del portátil o del smartphone que consumen sus visitantes. Ahora, unos grupos de investigación en seguridad de Francia y Bélgica han advertido de que esa información puede usarse para rastrear los navegadores online.

Actualmente, los navegadores Firefox, Opera y Chrome soportan la API del estado de la batería, introducida en 2012 por el World Wide Web Consortium (W3C), la organización que supervisa el desarrollo de los estándares web, con el objetivo de ayudar a las páginas web a ahorrar la energía de los usuarios. Funciona así: una página o una aplicación web pueden llegar a saber si a un visitante le queda poca batería, y así pasar a un modo de bajo consumo, que inhabilita las funciones superfluas para optimizar la energía.

Sin embargo, la especificación del W3C exime explícitamente a las páginas web de pedir permiso a los usuarios para conocer ese nivel restante de batería. La excusa es que «la información revelada tiene un impacto mínimo en la privacidad o la identificación, y por lo tanto se expone sin necesidad de permisos». En un artículo publicado por cuatro investigadores franceses y belgas, esa afirmación se pone en entredicho.

Los investigadores señalan que la información que recibe una página web es sorprendentemente específica, y contiene el tiempo aproximado en segundos que la batería tardará en descargarse por completo, así como el nivel de batería restante, expresado en forma de porcentaje. Juntas, estas dos cifras constituyen una de alrededor de 14 millones de combinaciones, lo que significa que funcionan como un número de carnet de identidad (CI )en potencia. Además, estos valores solo se actualizan cada 30 segundos, lo que quiere decir que durante medio minuto la API del estado de la batería puede usarse para identificar a los usuarios a su paso por las páginas web.

Por ejemplo, si un usuario visita una página con el modo incógnito de Chrome usando una red privada virtual (VPN), la página no debería poder vincularlo a una visita posterior, realizada sin el modo incógnito ni la VPN. Sin embargo, los investigadores advierten de que eso podría dejar de funcionar: «Los usuarios que vuelven a visitar una página con una nueva identidad podrían usar el modo incógnito de los buscadores o eliminar las cookies y otros identificadores del cliente. [Pero] cuando se hacen visitas consecutivas en un breve intervalo de tiempo, la página web puede vincular la nueva identidad del usuario con la antigua a través del nivel de batería y el tiempo estimado de carga/descarga. Entonces la página web puede restablecer las cookies del usuario y otros identificadores del cliente, un método conocido como respwaning.

Y lo que es aún más grave: los investigadores descubrieron que, en algunas plataformas y a través de una serie de consultas, se puede determinar la capacidad de batería máxima del aparato. Esto equivaldría a crear un sistema de medida semipermanente para comparar entre sí dispositivos.

A través de EL PAÍS

Las computadoras: acorraladas por los móviles

Algunos celulares o móviles tienen una potencia similar a la de un PC sencillo, pero aún nadie ha dado con la fórmula para unificar ambos dispositivos en uno solo. ¿Podrán los móviles sustituir al ordenador personal? Canonical y Asus se encuentran entre las empresas que lo han intentado. Microsoft también probará suerte. En el encuentro Build 2015 la compañía anunció que algunos de los futuros teléfonos con Windows 10 podrán usarse como un ordenador gracias a la tecnología Continuum.

Para ello, bastará con conectarles un televisor o un monitor, un ratón y un teclado para usar una versión de Windows casi idéntica a la de un PC. Joe Belfiore, uno de los responsables de sistemas operativos de Microsoft, explicó que los primeros teléfonos que contarán con esta prestación llegarán el próximo verano y vendrán equipados con procesadores capaces de trabajar con dos pantallas a la vez.

Los nuevos dispositivos pueden reproducir una película en un televisor mientras se efectúa otra tarea en el móvil

De esta forma, lo que se verá en la pantalla del móvil no será necesariamente lo mismo que en la pantalla a la que se conecte. Esto permitirá, por ejemplo, reproducir una película en un televisor mientras se efectúa otra tarea en el móvil. No está claro si para hacerlo bastará con un cable HDMI o será necesario un accesorio específico; es probable que se comercialice un accesorio para ampliar las conexiones USB de los móviles, dotándolos de más puertos e incluso de una conexión Ethernet. Esta solución estaría enfocada sobre todo para usos profesionales.

Las prestaciones de los móviles con la función Continuum serían comparables a las de un ordenador básico. Se trata de un tipo de dispositivo que, como demuestran los chromebooks, obtienen buenos resultados en ventas. El analista de tecnología Antonio Delgado opina que “todos estos movimientos de Microsoft se deben al problema que tienen con las ventas de PC en entornos domésticos. Muchas marcas de ordenadores se están enfocando al entorno empresarial. Sony, por ejemplo, vendió su división Vaio de PC».

smartphone híbrido
Para Canonical invertir $10,311,220 en el smartphone híbrido no es suficiente.

Para Delgado tiene sentido que un sistema operativo pueda funcionar en varios dispositivos, «pero siempre y cuando la experiencia de usuario sea buena. Seguramente por eso Apple aún no se atreve a hacer lo mismo con Mac OS X e iOS, aunque cada vez comparten más cosas”.

Canonical intentó algo similar a lo que ahora pretende Microsoft cuando intentó lograr financiación a través de la web Indiegogo para su teléfono Ubuntu Edge, que hubiese sido capaz de ejecutar la versión para móviles de esta versión de Linux y la versión de escritorio al conectarlo a un monitor externo. A pesar de que logró más de 12 millones de dólares (10,57 millones de euros) de recaudación, la empresa no consiguió los 32 millones de dólares (28,20 millones de euros) que necesitaba para producir un lote de 40.000 unidades, pero al menos demostró que más de 27.000 personas estaban interesadas en un producto de estas características.

Asus, por su parte, lanzó el PadPhone, un híbrido de teléfono y tableta capaz de convertirse en un ordenador de sobremesa si se conectaba a un monitor especial. De esa forma, resultaba posible utilizar Android como sistema operativo de escritorio, algo mucho más sencillo de lograr si se emplean dispositivos como el Chromecast o cualquier otro que envíe por wifi la señal del teléfono a una pantalla externa, sobre todo teniendo en cuenta que algunos móviles con Android ya permiten conectar ratones y teclados.

Neptune Suite es otro proyecto pensado para fusionar varios dispositivos y está buscando financiación en Indiegogo. Se trata de un reloj inteligente con un procesador con la potencia suficiente para poder controlar un móvil y una tableta a la que se puede añadir un teclado, e incluso puede usarse con un monitor externo. De momento ha recaudado algo más de un millón de dólares. Se espera que las primeras unidades lleguen al mercado en febrero de 2016.

Los primeros teléfonos con una versión de Windows casi idéntica a la de PC llegarán el próximo verano

Microsoft dispone ya de experiencia en dispositivos híbridos. Las tabletas Surface revelan que el precio es una de las claves para que un aparato que pretende sustituir al PC tenga éxito o no. La Surface 3 más básica cuesta 600 euros, sin contar con el precio de dos accesorios importantes: el teclado y el puntero táctil. Se trata de un importe similar a la suma de los dos dispositivos a los que pretende sustituir: una tableta avanzada, la Nexus 9, por ejemplo, cuesta 389 euros, mientras que un ordenador portátil básico como el Acer Chromebook de 13 pulgadas se puede lograr por 269 euros.

A pesar de este precio, las ventas de las Surface apenas supusieron un 5,1% del total de las tabletas vendidas en todo el mundo en 2014, según los datos de la consultora IDG. Aún faltan varios meses para comprobar si Microsoft logra convencer de la utilidad de sus teléfonos híbridos a más usuarios que los conquistados por sus tabletas hasta ahora.

A través de EL PAIS